Los cinco retos para la competitividad portuaria en América Latina

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Los retos de los puertos latinoamericanos de cara al inmediato futuro más importantes a los que se enfrentan los puertos latinoamericanos al inicio de la tercera década del Siglo XXI.

Son cinco los desafíos más importantes a los que se enfrentan los puertos latinoamericanos al inicio de la tercera década del Siglo XXI.  A esa conclusión llegó el panel de expertos que abordó el tema en el primer día de la versión 29 del Congreso AAPA Latino, que se celebra hasta este miércoles en Cartagena.

Con la moderación del vicepresidente comercial del Grupo Puerto de Cartagena, Giovanni Benedetti, y la participación de Leo Huisman, jefe de terminales para América Latina de APM Terminals; Fernando Reveco, vicepresidente corporativo y de desarrollo de negocios de Ultramar y Alberto Robinson, director de operaciones e ingeniería para las Américas de DP World, el panel resumió en los siguientes cinco puntos, los retos de los puertos latinoamericanos de cara al inmediato futuro:

1.- Afrontar los cambios tecnológicos.

Un puerto en sí mismo hace parte de una cadena de suministro, que evoluciona muy rápido. Es menester de la industria portuaria latinoamericana investigar cómo esas nuevas tecnologías van a afectar, modificar o mejorar los procesos actuales, para responder a ese desafío de manera eficiente.

En ese complejo escenario es necesario entender cómo se va a adaptar e integrar todo el aparato productivo e institucional que gira alrededor del comercio internacional en cada país. Por ejemplo, cómo enfrentarán esa realidad las autoridades aduaneras o el sistema de transporte de carga por carretera, para que toda la industria mejore más rápido.

  1. Atender las dinámicas de las economías verdes.

En el mundo marítimo hay un compromiso muy grande en llegar a ser neutrales en emisiones de carbón y es una decisión que muy pronto incidirá en las decisiones de todos los actores.

La industria portuaria tiene que ser cuidadosa en este asunto porque si una naviera alcanza la neutralidad en emisiones de gases pero un puerto no, éste termina castigado por aquella, porque para evitar sanciones preferirá evitar ese destino.

No se trata de decisiones menores, porque sumergirse en la dinámica de las economías verdes implica grandes inversiones en energías alternativas, evitar la quema de combustibles y el manejo de residuos, entre otras acciones.

  1. Afrontar con eficiencia el cambio climático.

Si las mareas continúan subiendo o bajando, si hay tormentas o huracanes, si la sedimentación no cesa, hay que hacer inversiones que mitiguen estos riesgos.

Cuando la ocurrencia de estos sucesos climáticos se hace reiterativa las compañías de seguros no quieren asumir la cobertura de tales riesgos, lo que implica una necesidad urgente de invertir para reducir o eliminar los impactos.

  1. El crecimiento de la flota naviera.

La flota de barcos continúa creciendo y hay muchos puertos que no están preparados para ese tipo de embarcaciones.

Los tamaños de los barcos continúan creciendo, pero muchas veces en los puertos no está el calado necesario, no hay el equipamiento de grúa requerido, o la eslora del muelle es insuficiente.

Muchos puertos tienen que dar el salto de confianza. Muchas veces los dirigentes portuarios argumentan que los barcos no llegan, pero el asunto está en que, si no hay inversión, la verdad es que nunca van a llegar.

  1. La definición del nuevo trabajador portuario.

A medida que los puertos se modernizan y algunas de sus actividades se digitalizan y hasta se robotizan, el perfil del trabajador evoluciona.

Es necesario pensar en nuevos perfiles profesionales que respondan con versatilidad a las exigencias del nuevo entorno laboral portuario.

Hoy no se habla de los tradicionales estibadores, sino de programadores o ingenieros de sistemas y mecatrónicos, entre otras nuevas profesiones.