No será por falta de peloteros ni de afición, será por la ausencia de dolientes
Cartagena, la ciudad que presumía ser cuna del béisbol colombiano no contará con su novena profesional para la temporada 2025-26. Para esta temporada, los Tigres seis veces campeones de la Liga Profesional no participarán. No será por falta de peloteros ni de afición, será por la ausencia de dolientes.
Decenas de muchachos que sueñan con alcanzar las Grandes Ligas ven cerrada la posibilidad de foguearse en casa. Peloteros que aspiran a seguir la ruta de los Cabrera, de Giovanny Urshela o de Julio Teherán 💪🏾 no tendrán escenario para mostrar su talento. Y mientras tanto, la dirigencia local permanece muda, más ocupada en otras coyunturas que en salvaguardar la esencia deportiva de la ciudad.
Resulta inevitable comparar. Al Real Cartagena se le ha acompañado aun en medio de pésimas administraciones y hasta con un 20% de acciones que se esfumaron bajo los ojos cómplices de quienes gobernaban. La hinchada nunca lo abandonó. ¿Por qué, entonces al béisbol sí? ¿Por qué se hace de la vista gorda cuando se trata de apoyar a los Tigres?
El béisbol no es un favor, es un derecho. La Constitución reconoce la recreación y el deporte como parte del desarrollo humano. Si el Estado destina recursos al fútbol, el béisbol merece el mismo trato. Cartagena no puede ser cómplice del olvido de su patrimonio deportivo.
El béisbol es parte del ADN cartagenero. Nos dio títulos mundiales en 1947 y 1965, nos convirtió en protagonistas de la Serie del Caribe, Clásicos Mundiales, medalla de Bronce en un Mundial y medalla de Oro en los Juegos Panamericanos de de Chile, nos diferenció en un país dominado por el fútbol, y si embargo hoy el estadio 11 de Noviembre permanece cerrado casi todo el año, convertido en un monumento sin utilida y beneficioso a los praticantes de la pelota.
La ciudad de la arepa de huevo, del picó, de la salsa y de la literatura, también es y debe seguir siendo la ciudad del béisbol. Negarlo es negarnos a nosotros mismos.
No hablo solo por mí. Desde las emisoras del estadio celestial se sienten los reclamos de los pioneros del periodismo deportivo: Melanio Porto, Campo Elías Terán, Walberto Ahumedo, Eugenio Baena. Voces que marcaron generaciones y que hoy parecen suplicar desde lo alto que no dejemos morir el legado. Yo escucho ese eco cada día en lo más profundo de mi corazón, y resuena con fuerza: “dale camino Napo”.
El béisbol no puede morir en Cartagena. Los Tigres merecen competir, la ciudad merece mantener su esencia y los jóvenes merecen oportunidades. No se trata de nostalgia, se trata de identidad, de derecho y de dignidad.
Porque si algo nos enseñaron los patriarcas del micrófono hoy en el palco del estadio celestial, es que el béisbol es nuestra identidad y no puede ser condenado al silencio.
SOS por el béisbol de Cartagena… No dejemos que el rugido del Tigre se apague.
Por: Hegel Ortega