En el marco del Día del Campesino, Promigas, Surtigas y su Fundación Promigas presentan avances de su proyecto Manos al Campo Iniciativa que busca fortalecer las habilidades técnicas, asociativas e ingresos de 408 familias campesinas en el Caribe Colombiano.
Los campesinos del Caribe colombiano siguen reactivando sus tierras luego de la pandemia. En el marco del Día del Campesino, Promigas, Surtigas y su Fundación Promigas presentan avances del proyecto Manos al Campo, que busca incrementar los ingresos y contribuir a la seguridad alimentaria de 408 familias productoras rurales en los departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar y La Guajira, fortaleciendo sus habilidades técnicas, asociativas y empresariales.
En el último año, las familias campesinas beneficiarias del proyecto de Promigas han incrementado sus ventas en un 28% con respecto a los registros de temporadas anteriores, contribuyendo así a una mejor calidad de vida y fomentando una productividad sostenible en sus territorios.
“Con Manos al Campo brindamos acompañamiento a las familias campesinas ubicadas en zonas de influencia de Promigas y sus compañías. Más de 400 familias campesinas han desarrollado mejores prácticas en su actividad agrícola a través de asesorías permanentes y especializadas. Por ejemplo: pasaron de generar $40.000.000 en 2021 a $51.200.000 en lo que va de 2022”, explicó Marcela Dávila, directora ejecutiva de Fundación Promigas.
En Manos al Campo, los beneficiarios también reciben insumos para la adecuación del suelo y semillas para el aumento de su producción, un apoyo integral que fortalece el desarrollo económico de las familias campesinas que, hasta la fecha, han logrado preparar y sembrar más de 190 hectáreas de tierras y cosechar cerca de 34 toneladas de alimentos, entre maíz, ñame, melón, patilla, berenjena, habichuela y fríjol, cuyas ventas alcanzan los $100 millones en diferentes vitrinas de comercialización.
Uno de los hitos del proyecto Manos al Campo es la participación de las mujeres rurales. En Sucre y Córdoba, mujeres indígenas lideran el proceso de cultivos y cuentan con acceso a los medios de producción, cumpliendo un rol fundamental en su seguridad alimentaria y generación de ingresos. Igualmente se destaca que, pese a la pandemia, las familias beneficiarias mantuvieron activos sus procesos productivos.