Real Cartagena: la Caricatura de un Sueño

Otra vez la eliminación, otra vez la vergüenza de un Real Cartagena que sigue perdido en la pobreza táctica y el show sin sustancia

Jaguares 2 – Real Cartagena 0. Otra vez la eliminación, otra vez la vergüenza. Un error grosero de Artola y dos goles del Topo Rentería (minutos 48 y 66) le bastaron a Jaguares para mostrar lo que es un equipo con alma, mientras Real Cartagena sigue perdido en la pobreza táctica y el show sin sustancia.

No más Cardetti. No más Marrugo. No más jugadores conformistas ni promesas de títulos a cambio de rapadas o banderazos. No más hoteles lujosos para futbolistas que no sienten la camiseta. No más periodistas que mojan los labios en la zona mixta para tomarse la selfie con el jugador, en lugar de preguntar con rigor.

Se burlaron del hincha, del barrio, de la ciudad. Trajeron técnicos incapaces, montaron espectáculos de cartón con ayuda de figuras del periodismo nacional —Eduardo Luis, Cadavid, Londoño— que llegaron como corsarios, no a informar, sino a llevarse el tesoro de la ilusión.

¿Y el periodismo local? Marginado. Discriminado. Invisible. Porque aquí, al que opina con fundamento, lo quieren tachar de amargado. Pero somos los que estuvimos desde el principio, desde que compramos al Sporting de Edgardo Barros soñando con un club grande, no con esta caricatura.

Mientras tanto, Jaguares, con trabajo silencioso y fútbol humilde, pintó la cara en los dos partidos. Se ganaron la final con fútbol, no con fuegos artificiales.

Cartagena no nació para esto. No más. El debate hay que darlo ya.