Roger Martínez: el “Champú” acaricia El. Pedestal más alto de Racing y Sudamérica

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Racing es el campeón de la Copa Sudamericana: Roger Martínez y una corrida memorable para liquidar la final contra Cruzeiro

Por HEGELOrtega Madero. 

En el fútbol, hay historias que se parecen más a novelas que a partidos. Y Roger Martínez, apodado “El Champú”, escribió una de esas historias que parecen sacadas de los relatos de Truman Capote: rudas, dramáticas y con un héroe que, contra todo pronóstico, impone su categoría al final. Este sábado 23 de noviembre, en Asunción, el cartagenero nacido en las barriadas humildes y forjado en canchas como Chumbacú y San Fernando, coronó a Racing como el nuevo rey de Sudamérica al sellar el 3-1 sobre Cruzeiro en la final de la Copa Sudamericana.

 

Roger ya había sido héroe antes. En 2016, su talento le dio a Colombia el boleto a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, anotando goles decisivos frente a Estados Unidos. Aquel joven de sonrisa amplia y determinación férrea, que empezó pateando balones cocidos en los barrios de Cartagena, hoy vive su consagración con la camiseta de Racing, cargando el peso simbólico del # 10’. Pero su camino hasta aquí no ha sido fácil, y eso lo hace aún más grande.

 

El partido contra Cruzeiro tenía todos los elementos de un drama. Racing, que parecía controlar las acciones tras un primer tiempo favorable, sufrió el empate de Kaio Jorge al inicio del complemento. El equipo brasileño presionaba, y el sueño de la ‘Academia’ parecía desvanecerse. Entonces, Gustavo Costas apostó por Roger, quien arrastraba molestias físicas pero tenía lo que se necesita en estos momentos: jerarquía.

 

El desenlace fue inolvidable. En una corrida que será recordada para siempre, Roger quedó mano a mano con Cássio, el arquero rival. Con la cabeza levantada, se tomó un segundo eterno para decidir. Y lo hizo como los grandes: con un remate fuerte, cruzado, directo al lugar donde los porteros no llegan. Fue el gol de la gloria, el que desató la locura en la Nueva Olla y en el Cilindro de Avellaneda.

 

El pitazo final trajo consigo lágrimas. Roger se arrodilló en el césped, se tapó el rostro y rompió en llanto. No era solo el gol, era todo lo que ese momento representaba: los sacrificios, las lesiones, las críticas, y, sobre todo, el peso de ser el ídolo de un equipo como Racing. Con la camiseta en alto y el orgullo intacto, celebró con sus compañeros mientras la hinchada lo ovacionaba como el héroe que fue.

 

De Cartagena a las selecciones Colombia de todas las categorías, y ahora a la cima de Sudamérica, “El Champú” sigue demostrando que el talento, combinado con resiliencia, puede superar cualquier adversidad. Roger Martínez es hoy un nombre eterno para Racing y para el fútbol de Bolívar. . Porque el fútbol, como las mejores novelas, siempre tiene lugar para los héroes que nunca dejan de creer.